martes, 13 de octubre de 2009

LEYENDAS

LA LEYENDA DEL UNICORNIO
Muchos años atrás, cuando el mundo era aun muy joven,salvajes y maravillosas creaturas
corrían libres por todas partes.El mas hermoso de todos ellos era el Unicornio.
Constantemente perseguido por los poderes mágicos de su cuerno, el Unicornio no era fácil de capturar.No solo era suave y gentil,sino también extremadamente rápido,seguro y agraciado,lo que frustraba hasta los más expertos casadores.
Pero lo que aseguraba la captura segura del Unicornio,era la ayuda de una joven e inocente moza.Pues a la creatura le atraía su pureza,se acercaba confiado y descansaba su cabeza en las piernas de la joven.
Era así como la indefensa y despreocupada creatura era capturada. Y de esta manera,despues desaparecieron todos los Unicornios.¡Oh, el mundo ahora lamenta la perdida de este ser tán mágico!Y ahora que es demasiado tarde,aun extrañamos su belleza.

LA LEYENDA DEL CREPÍN
Era un matrimonio de campesinos que se dedicaban a labrar y cultivar la tierra para poder ganar para vivir, pero mientras el hombre era trabajador, paciente y resignado, la mujer era haragana, despreocupada, sobre todo, amiga de los bailes y las bebidas, viviendo el primero, contento con su suerte, mientras que la mujer, malhumorada y triste, le amargaba la vida a cada rato. Un año en que la cosecha era más abundante, que nunca, Crespín sesgaba su trigo bajo el sol de verano, trabajando mas horas de las que podía resistir un hombre, debiendo hacerlo todo el solo, pues su mujer no era capaz de atar una gavilla de trigo.Un día se enfermo y solicito a su mujer que fuera al pueblo cercano a traerle medicamentos y le recomendó que volviera pronto pues necesitaba sanar lo antes posible para continuar la cosecha, la mujer fue hacia el pueblo y se encontró que en uno de los ranchos del camino estaban de fiesta y se acerco solamente para descansar un rato, pero se fue dejando ganar por la alegría y comenzó a beber, cantar y bailar. El chipá, la caña, los chamamés y polcas despertaron en ella su afición de siempre y se entrego a la diversión ciegamente.Cuando mas entretenida estaba , la vinieron a llamar, pues su marido se había agravado y reclamaba la presencia de ella, pero lejos de correr en presencia de su moribundo marido, dijo que la vida era corta para divertirse y larga para sufrir. Lo mismo respondió al segundo y tercer día que la vinieron a buscar y avisarle que su marido se moría, y cuando finalmente le avisaron que ya había muerto, no dio importancia y siguió bailando.Unos vecinos piadosos y condolidos de la suerte del pobre CRESPIN, lo velaron y enterraron sin que la mujer interviniera para nada, tan ocupada estaba en divertirse.Finalmente, pasados varios días y cuando ya la diversión finalizaba, regreso la mujer a su hogar y se encontró en la más terrible soledad. Lloró y sufrió su pena, y durante varios días y noches deambuló por los campos, llamando a su marido. Enloquecida de dolor , le pidió a Dios que le diera alas para proseguir su búsqueda, y Dios la convirtió en ave.Desde entonces, es el pájaro huraño y solitario que en las épocas de las cosechas llama a su compañero con dolido acento: crespín…crespín

LA PALOMA TORCÁZ
Había una vez un guerrero valiente y apuesto. Amaba la caza y así, con frecuencia, iba por los bosques persiguiendo animales. En una de sus cacerías llegó junto a un lago y, lleno de asombro, contempló a una mujer bellísima que bogaba en una canoa.
El guerrero quedó tan enamorado que, muchas veces, volvió al lugar con el ánimo de verla; pero fue inútil, pues, ante sus ojos, sólo brillaron las aguas del lago. Entonces pidió consejo a una hechicera, la cual le dijo:
—No la verás nunca más, a menos que aceptes convertirte en palomo.—¡Sólo quiero verla otra vez!—Si te vuelves palomo jamás recuperarás tu forma humana.—¡Sólo quiero volverla a ver!—Si así lo deseas, hágase tu voluntad.
Y la hechicera le clavó en el cuello una espina y en el acto el joven se convirtió en palomo. Este levantó el vuelo y fue al lago y se posó en una rama y al poco rato vio a la mujer y, sin poderse contener, se echó a sus pies y le hizo mil arrumacos.
Entonces la mujer lo tomó entre sus manos y, al acariciarlo, le quitó la espina que tenía clavada en el cuello. ¡Nunca lo hubiera hecho, pues el palomo inclinó la cabeza y cayó muerto! Al ver esto, la mujer, desesperada, se hundió en el cuello la misma espina y se convirtió en paloma. Y desde aquel día llora la muerte de su palomo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario